Es difícil encontrar algún producto o técnica capaz de aportar a las baldosas cerámicas nuevas prestaciones en su instalación, y ahora, posiblemente estamos ante una revolución.
La cerámica magnética son baldosas que tienen en su cara posterior un material ferromagnético para la unión de las piezas por fijación de atracción, sin mortero de agarre, sobre un apoyo capaz de generar un campo magnético (imán).
La pregunta que todos se hacen: ¿Esta nueva tecnología magnética de colocación, afecta a la salud? No, los ensayos realizados lo confirman. El campo magnético se limita, exclusivamente, al punto de unión entre el soporte y la cerámica, quedando limitado a esa zona sin influencia al exterior. No estamos hablando de campos magnéticos industriales. Los componentes del material son combinaciones de magnetita, ferrita y otros minerales inocuos.
En la fabricación, el recubrimiento magnético es aplicado sobre la cara posterior de la baldosa cerámica previamente cocida. Es importante que las piezas estén fabricadas con la menor curvatura posible, al igual que la base, que debe ser totalmente plana y lisa. Se necesita el máximo contacto entre la lámina magnética y la pieza cerámica.
El proceso de instalación de esta novedosa cerámica magnética y sus principales ventajas, tales como el ahorro de tiempo y de obras para el usuario, otorga la facilidad de renovar superficies siempre que se desee. El revestimiento se adhiere de forma limpia y sencilla a la superficie de las paredes o suelos, ofreciendo una gran versatilidad y facilidad de cambio de baldosas, sin necesitar operaciones destructivas, evitando la suciedad, tanto para la desinstalación como para la reposición o sustitución de pavimentos cerámicos a diferencia del proceso tradicional de adhesión.
La tecnología y la ciencia avanzan hacia una constante búsqueda de soluciones que hagan progresar a la industria hacia un futuro de oportunidades. La cerámica magnética es un ejemplo de ello.